El doblaje se encuentra en el ojo de mira. En los últimos años, para bien o para mal, ha salido del anonimato, y recibe muchos apoyos, pero también muchas críticas. Es curioso, aún así, la poca importancia que se le sigue dando a este campo. A diario, vemos películas y series de televisión dobladas, y sin embargo, no pensamos en el esfuerzo y en el trabajo que ello requiere por parte de los profesionales que se dedican al doblaje.
Ejemplo de lo poco que se valora es la bibliografía que existe sobre el doblaje. Es bastante escasa, aunque sí es cierto que hay autores que han profundizado mucho sobre el tema. Uno de ellos es el español Alejandro Ávila, licenciado en periodismo, que cuenta con títulos como La Censura del doblaje cinematográfico en España, El Doblaje y La historia del doblaje cinematográfico. Además de Alejandro Ávila, existen más personas que se han preocupado por conocer más este campo, como Ana Ballester, Emma Rodero Antón y Maria Eugenia del Aguila, aunque su número de ejemplares es muy escaso, y es muy complicado acceder a ellos.
Por otra parte, es cierto que es mucha la información que podemos encontrar en Internet. A lo largo de este trabajo, mencionamos en muchas ocasiones la página el www.eldoblaje.com, en la cual podemos hallar datos de actores y actrices, directores, ajustadores, el proceso que se sigue, los estudios existentes, las escuelas…
Eso en cuanto a la bibliografía sobre el campo. También es difícil encontrar escuelas para formarte como actor o actriz de doblaje. Según la mencionada página eldoblaje.com, tan solo existen en toda España once centros dedicados al doblaje, de los cuales cuatro se encuentran en Barcelona, cinco en Madrid, y uno en Sevilla. Aunque también hay cursos de menor prestigio, también en Madrid y en Barcelona la mayoría.
Como veremos más adelante, la situación laboral también es complicada. Los actores y las actrices de doblaje, tienen jornadas laborales de trece horas diarias, y salarios muy bajos. Las leyes existentes al respecto son muy antiguas, y no tratan problemas existentes en la actualidad. Además, los profesionales se quejan ante la inexistencia de un convenio colectivo coherente.
Sin embargo, en otros países europeos en los que se practica el doblaje, entre los que se encuentran, por ejemplo, Francia, Italia o Alemania, a los profesionales del doblaje se les respeta mucho más. Cabe destacar que además, disponen de jornadas laborales de siete u ocho horas, y tienen salarios muy superiores a los que reciben los profesionales de este campo en nuestro país. Es curioso, que en los últimos años, está aumentando el número de países que practican el doblaje, como por ejemplo, Hungría, o Rusia.
Por otra parte, el doblaje tiene grandes enemigos, que son los defensores o puristas de la versión original. Éstos argumentan que en el proceso del doblaje (traducción, ajuste de diálogos…), se pierde la autenticidad de la versión original, y defienden por ello el empleo de subtítulos. Este grupo de puristas, no tienen en cuenta que al leer los subtítulos, se pierden muchos detalles audiovisuales. Además, el público prefiere sentir a los protagonistas, a los actores, como seres cercanos que hablen su idioma, por eso se inventó esta práctica, que a través de los años, se ha convertido en una tradición que forma parte de nuestra cultura.
A pesar de todas las dificultades a las que se enfrenta el mundo del doblaje, y de todas las críticas que recibe, el doblaje no se encuentra en peligro de extinción. Las razones son varias: el público sigue decantándose por la versión doblada; la gran calidad del doblaje que predomina en España; la proliferación de nuevos canales de televisión… En definitiva, el doblaje forma parte de nuestra cultura, y se necesita mucho tiempo para cambiar, de una forma gradual, las costumbres de un país.
miércoles, 9 de mayo de 2007
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